domingo, 11 de agosto de 2013
La época de las frases
Reviso el Facebook y un montón de fotos, canciones y sobre todo frases sueltas saltan a la vista. Las frases se atropellan unas a otras, pugnan por ser la más divertida, la más profunda, la más elogiada.
Leo palabras que aclaran haber sido dichas por Albert Einstein, por Bob Marley, por Charles Bukowski. Leo restos de libros que han sido fatalmente reducidos a una pequeña porción de letras y me pregunto: ¿qué caso tiene intentar escribir una columna, un cuento, un libro en una época en la que las frases tienen la primacía?
Esa interrogante ha estado rondando con insistencia en mi cabeza. La propensión a simplificar, disminuir y volverlo todo –incluso la literatura- en algo inmediato me parece una plaga incontenible que nos está haciendo mucho daño. Esa vocación reduccionista nos está privando de un universo infinito de aprendizaje, enriquecimiento y goce. ¿Cuántas personas son capaces en estos días de leer un libro de cabo a rabo? ¿Cuántos de esos chicos afectos a compartir frases de Cortázar habrán leído al menos uno de sus libros?
Decir que esas preguntas me han estado agobiando sería exagerado, pero no puedo negar que me entristecen un poco, me desaniman y hasta a veces me quitan las ganas de escribir.
Usualmente trato de terminar esta modesta columna con un mensaje optimista, alentador. Esta vez no encuentro ninguno que se ajuste a lo tratado, así que solamente dejo aquí estas cuestiones a ver si surgen respuestas alentadoras.