jueves, 3 de junio de 2021

POR UN VOTO RAZONADO




La elección que vamos a realizar, este domingo 6 de junio, es quizá una de las más trascendentales y difíciles que hayamos asumido alguna vez como ciudadanos. Más que elegir a una persona, determinaremos el curso social y económico que tomaremos como país. Hay dos caminos, ambos serán durísimos; pero uno de ellos, me parece, sería el más catastrófico para el Perú, me refiero al posible régimen de Castillo y Cerrón.

Castillo ha sido claro -hay que reconocerle ese mérito- en que, de ganar las elecciones presidenciales, optará por un gobierno estatista, anclado en ideas arcaicas que han empobrecido y envilecido a muchas naciones. El candidato de Perú Libre ha demostrado, además, de manera explícita, el poco respeto que le tiene a instituciones como el Congreso de la República, el Tribunal Constitucional y la Constitución Política. Esos organismos -con defectos y vicios por corregir- son importantes porque garantizan la división de poderes, la democracia misma, la libertad, un valor poco estimado por quien ahora es llamado, como Hugo Chávez o Fidel Castro en su momento, el reivindicador de los pobres.

Por otra parte, Keiko Fujimori representa muchos de los males que los ciudadanos democráticos condenamos; sin embargo, frente a la categórica vocación golpista y empobrecedora de Castillo, debemos elegir, comprometiéndonos a mantenernos vigilantes, a la señora Fujimori.

No es momento de caer en imposturas, de optar por ideas y discursos facilistas. El voto digno no es el que nos indican supuestos progresistas que aparentemente ven al país como una película divertida en la que combaten los buenos y los malos. El voto digno, hoy, es el que nace del razonamiento, la meditación y el análisis profundo; el que se inclina por la opción más viable para salvar a nuestra debilitada democracia.



***



domingo, 18 de abril de 2021

En defensa del escritor


Después de la difusión de la última columna de Mario Vargas Llosa, era previsible que muchos supuestos progresistas se rasguen las vestiduras y prefieran las usuales imposturas con las que se sienten tan cómodos. Juzgan e insultan a todo lo que -sin previamente analizar o al menos meditar- consideran “incorrecto”.

Los Fujimori, y los seguidores del fujimorismo, han atacado por años a Vargas Llosa; sin embargo, el gran escritor hoy nos exhorta a votar -en la segunda vuelta- por Keiko Fujimori porque considera que es la opción más viable para rescatar la democracia en el Perú.

Al margen de que uno esté o no de acuerdo con Mario Vargas Llosa (yo estoy de acuerdo con él), deberíamos saludar el valor que demuestra al dar siempre su opinión sin esperar agradar a la mayoría, anteponiendo lo que considera correcto.

Es necesario, hoy más que nunca, privilegiar las ideas a las apariencias, los discursos pensados a las poses vacías, lo intelectual a lo frívolo.

***